En la época en que Sarmiento fomentaba la educación
popular, el índice de analfabetos era altísimo. En el campo había muy
pocas escuelas porque la mayoría de los estancieros no tenían ningún
interés en que los peones y sus hijos dejaran de ser ignorantes. Cuanto
menos educación tuvieran más fácil sería explotarlos.
Pero Sarmiento trataba de
hacerles entender que una educación dirigida según las ideas y los
valores de los sectores dominantes, lejos de poner en peligro sus
intereses, los reproducía y confirmaba. “Para tener paz en la República
Argentina, para que los montoneros no se levanten, para que no haya
vagos, es necesario educar al pueblo en la verdadera democracia,
enseñarles a todos lo mismo, para que todos sean iguales... para eso
necesitamos hacer de toda la república una escuela.”
De todas formas le costó
muchísimo convencer a los poderosos de que les convenía la educación
popular y recién en 1882, logró la sanción de su viejo proyecto de ley
de educación gratuita, laica y obligatoria, que llevará el número 1420.
Fuente: Vida y obra de Sarmiento