Santiago, Chile.- El gobierno chileno estableció zonas de emergencia y ordenó el envío de 60.000 mascarillas a la región de Aysén, como prevención ante una eventual erupción mayor del volcán Hudson, que entró en actividad a mediados de esta semana.
Asimismo, se dispuso un plan de contingencia para el traslado de más de 800 cabezas de ganado que hoy están dentro del radio de 45 kilómetros establecido como zona de peligro inminente.
Diversos sobrevuelos sobre el macizo confirmaron el crecimiento de las tres fumarolas provenientes del cráter, dos de ellas con vapor y una tercera correspondiente a una pluma de cenizas, que se desplaza en dirección sudeste hacia el poblado de Chile Chico, en las cercanías de Los Antiguos, del lado argentino.
No obstante, la Oficina Nacional de Emergencias reportó disminuciones en la actividad sísmica de la zona y en la del volcán, lo que reduciría las probabilidades de una erupción mayor en el corto plazo.
"Han bajado considerablemente los sismos. Esa es una buena noticia y nos hace estar esperanzados, pero no podemos descartar ningún escenario. Debemos seguir atentos y monitorear el volcán las 24 horas del día", explicó, con cautela, el director del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), Enrique Valdivieso.
El geólogo de la Universidad de Concepción Jorge Quezada teorizó sobre un posible vínculo entre el Hudson y el complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle, que, luego de entrar en erupción en junio de este año, ha causado graves perjuicios económicos en la Argentina por el desplazamiento de sus cenizas.
"Ambos (el Hudson y el Puyehue) están alineados en la traza de la falla Liquiñe-Ofqui, responsable del sismo de Aysén en 2007. Es un plano vertical que facilita el paso del magma hacia la superficie", dijo Quezada.
La falla geológica, que nace en la localidad de Liquiñe y el istmo de Ofqui, corre de Norte a Sur por la cordillera patagónica y está vinculada a varios volcanes, entre ellos, el Puyehue-Cordón Caulle y el Hudson. También fue centro del gran sismo de Aysén de 2007.
El último reporte de las autoridades dio cuenta de un leve aumento de caudal y cambio de color en el río Frío, pero sin detectarse sedimentos en sus aguas. La armada chilena, sin embargo, informó sobre el avistaje de troncos y cenizas en canales y desembocaduras, además de humo blanco en los alrededores del volcán.
Hasta el momento hay más de 130 evacuados y la fuerza aérea chilena dispuso del envío de dos helicópteros Bell 412, que se sumarán al Twin Otter ya presente, para el auxilio de los damnificados.
En la zona, algunos atribulados habitantes recordaron que a la gran erupción de 1991 -que sepultó bajo cenizas a Los Antiguos en la Argentina- también la precedió una marcada disminución de los movimientos sísmicos.
Tal información fue cotejada con el director de Sernageomin, Enrique Valdivieso, quien entregó un antecedente tranquilizador: el cráter es distinto al de 1991 y, a diferencia de aquella vez, apunta directamente hacia el océano Pacífico.
Coordinación
Ayer, autoridades chilenas en Aysén y el embajador chileno en Buenos Aires, Adolfo Zaldívar, coordinaron con el gobernador del Chubut, Mario Das Neves, posibles planes de acción ante el evento.
Ayer, en la Argentina, el Ministerio de Salud de la Nación envió unos 20.000 barbijos y 400 frascos de gotas oftalmológicas al municipio santacruceño de Los Antiguos.
Funcionarios de esa cartera realizaron una evaluación técnica del estado de situación del volcán junto con la Dirección Nacional de Protección Civil, Gendarmería Nacional, Defensa Civil, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Servicio Meteorológico Nacional y el Servicio Geológico Minero Argentino.
"El panorama es estable, ya que la actividad sísmica se ha reducido en las últimas horas y, hasta el momento, no hubo erupción ni ha despedido cenizas, por lo que estamos atentos y expectantes ante cualquier actividad que pueda ocurrir próximamente", explicó Hugo Iannino, coordinador general de la Dirección Nacional de Emergencias Sanitarias.
