viernes, 11 de mayo de 2012

Hablemos de Teatro aporte del grupo Inkyetu de Piedra del Águila

En el teatro  de tradición clásica era el telón el que debía abrirse y cerrarse marcaba la transición de un acto al otro, fragmentando la acción, midiendo el tiempo.
Sin embargo la esquematización de los dispositivos escénicos , el perfeccionamiento de las instalaciones eléctricas y la instroducción al escenario de diversos procedimientos influenciados por lás técnicas cinemátográfica han de una cierta manera modificado aquellas divisiones antiguamente más rigurosas. No solo en el plano creador y ténico al introducir la noción de secuencias y de continuidad tal como existen en las películas, sino también en el plano del espectador, al modificar la psicología del público.
No cabe la menor duda que acostumbrado ahora a tener la visión panorámica de un mundo donde se va sucediendo paisajes e imagenes a un ritmo tan rápido como su propia imaginación, el espectador de hoy siente impaciencia e irritación cada vez que ve en el teatro a ese maldito telón interrumpir el sueño.
Sin embargo, el teatro griego, por ejemplo, ignoraba las interrupciones. Los intervalos que allí había estaban rellenados con intenciones del coro, estrechamente integradas a la acción teatral misma. había continuidad, prolongación, pero no ruptura.
A fines de los años 1800 el dramaturgo sueco August Striendberg abogaba por la desaparición del telon :
He suprimido a título de prueba la división de mi  obra en actos. He observado en efecto nuestra aptitud siempre más débil a dejarnos llevar por la ilusión, es tal vez entorpecida por los entreactos durante los cuales el espectador tiene tiempo de reflexionar y consecuentemente  de sustraerse a la influencia subjetiva del dramaturgo o escenógrfo y perder así el magnetismo que irradia de la obra. Es necesario para ello reestructurar las obras tetrales para mantenerlas en lo esencial y dar al público el tiempo necesario para educarse  a seguir una obra de teatro que, en forma discontinuada, duraría una velada entera. ( Teatro libre 1983)
Es en este contexto que las obras teatrales de unsolo acto, un solo cuadro, un solo decorado empezaron a  aparecer ya  que rspondián inmediatamente a esta exigencia, alcanzando por su concisión una densidad teatral. No se cargan de explicaciones tan largas como inutiles; yendo directamente a lo esencial de una acción contenida en un tiempo limitado y don de los autores ponen lo mejor de su talento y los escenógrafos todas sus actitudes artísticas para sacar de ellas su más profunda sustancia.
Fuente : Revista  de promoción de las obras a presentar  del grupo de Teatro INKYETU de Piedra del Águila