En Argentina, la ley exige que todos los menores de 10 años viajen en el asiento trasero. Los bebés de menos de un año de edad o de 10 kilos de peso deben estar colocados en el sentido contrario a la marcha, según recomienda el Centro de Educación y Seguridad Vial (CESVI). Los que pesan entre 10 y 25 kilos, o tienen entre 1 y 4 años, tienen que viajar en una butaca porta-niños, pero mirando hacia adelante.
La nueva normativa española, publica hoy el diario El País, obligará a colocar los sistemas de retención infantil en el sentido contrario a la marcha, siempre que el dispositivo lo permita, para los menores de cuatro años con distintos tipos de sillas según la edad y el peso.
Según la Unidad de Coordinación de la Investigación de la Dirección General de Tráfico, "si el niño va sentado en sentido inverso a la marcha, las fuerzas que se registran en caso de impacto se distribuyen por todo el cuerpo y no se concentran en la zona del cuello, como ocurre cuando viajan en sentido de la marcha". Los investigadores de Tráfico recuerdan que la cabeza de un adulto representa el 6% del peso de su cuerpo, pero en el caso de los niños aumenta hasta un 25%, al tiempo que los ligamentos y los músculos de su cuello no están todavía bien formados. El Real Automóvil Club de España (RACE) ratificó estos estudios: "Viajar en sentido contrario a la marcha reduce en un 75% los riegos de sufrir lesiones".
Fuente:clarin.com (08/03/13 - 10:25)