Acaso producto del avance del Gobierno sobre la Justicia o por la
demora en el avance de las investigaciones en torno a la ruta del dinero
K o por la desconfianza innata que se genera en torno a estas
denuncias. Si bien las razones pueden ser múltiples, hay una realidad:
la gente no cree que los casos por corrupción que involucran a personas
públicas y funcionarios de Gobierno vayan a ser resueltas. Así lo
refleja una encuesta realizada a casi dos meses de que el programa Periodismo para Todos de Jorge Lanata destapara el escándalo que involucra al empresario Lázaro Báez y que roza a la Presidenta.
El
dato surge de un informe de la consultora Managment & Fit, que
recopiló 2.000 opiniones en Capital y distintos puntos del Interior del
país. El 52,9% de los consultados indicó que no cree que la Justicia
pueda resolver los casos de corrupción. Dentro de este universo, se
encuentra el 49,5% de los encuestados que aseguraron haber votado a
Cristina en las elecciones de 2011; y un 57% de quienes se inclinaron
por algún candidato de la oposición.
En contrapartida, el 21,8%
de los consultados se mostró confiado en que la Justicia podrá resolver
las causas. Y, por último, en otro dato que habla de las dudas que
despierta el tema: el 25,3% se abstuvo de contestar o evitó contestar
sobre la cuestión.
Uno de los motivos que bien puede explicar el
escepticismo de la gente es la excesiva demora en las investigaciones.
Es que si bien el 14 de abril el programa de Lanata reveló el escándalo,
el allanamiento a las propiedades de Lázaro Báez –apuntado por los
testimonios de Leonardo Fariña y Federico Elaskar– se realizó 53 días
después, lapso en el que se pueden haber perdido u ocultado evidencias
que permitan probar la denuncia.
Otro de los aspectos que
probablemente incidan en la desconfianza de la gente radique en el cada
vez más acentuado avance del Gobierno sobre la Justicia, que tiene como
eje principal el paquete de leyes que aprobó el Congreso . Especialmente la reforma del Consejo de la Magistratura, que de
aplicarse dejará a los magistrados independientes en una situación de
indefensión respecto al Gobierno.
Precisamente, la corrupción y la reforma judicial fueron los dos motores del 18A, la última multitudinaria protesta contra el Gobierno.
En aquella ocasión, un trabajo de la misma consultora reveló que cerca
de la mitad de quienes se movilizaron ese día lo hicieron motivados por
esos dos temas.
clarin.com