viernes, 21 de junio de 2013

Solsticio de invierno: pueblos originarios celebran el inicio del año nuevo andino

Con ofrendas de dulces con grabados religiosos, grasa animal y Sullu (feto) de llama o vicuña, Khoa (hierba de aroma penetrante), incienso y lana de colores se agradeció al fuego, a la madre tierra y a los otros elementos de la naturaleza por lo brindado durante el año y se pidió por el buen vivir, energías positivas y bienestar para todos los pueblos. De esa manera comenzó en la noche del 20 de junio el Inti Raymi, fiesta del sol, en la que participaron más de 1500 integrantes de los pueblos originarios de distintas regiones del continente y de la Tupac Amaru. Se celebraron así los 5521 años del Willkakuti (nuevo año andino amazónico) en la réplica del Templo de Kalasasaya, en el barrio que construyó la organización barrial en Alto Comedero, en la provincia de Jujuy.
La ceremonia fue encabezada por Mama Quilla, la amauta espiritual de El Alto, en Bolivia. Milagro Sala junto a autoridades indígenas de Bolivia, Guatemala, Ecuador, Colombia, Paraguay y Argentina participaron de la celebración. Al finalizar recordaron la Marcha de los Pueblos Originarios que se realizó en 2010 y señalaron que de no cumplirse la ley que reconoce la propiedad de la tierra a las distintas comunidades realizarán una nueva movilización hasta la capital del país.
La música, danzas tradicionales de los distintos Pueblos y ofrendas fueron los protagonistas de la fiesta del sol que se inició en la noche del 20 de junio para recibir el año 5521 en la mañana del 21, con los primeros rayos del Tata Inti (Sol). Con los brazos en alto, los presentes pidieron por buena vida, mejores cosechas de la tierra, trabajo, y energía para la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, para Evo Morales, para la Tupac Amaru y la Red de Organizaciones Sociales, así como también para todas las naciones del continente y sus pueblos originarios.

RECLAMOS HISTÓRICOS

Mama Quilla, a su vez, reclamó la devolución de las tierras a los pueblos originarios y llamó "inquilinos" a los colonizadores españoles, cuyos descendientes ahora deben entregar las tierras a sus verdaderos dueños que fueron despojados de ellas.
Tras varios años en los que llovió o apenas se vio el sol, el cielo completamente despejado tras la jornada fría y lluviosa que precedió la mañana del 21, fue tomado como un buen augurio para el nuevo año por todos los presentes. El sonido de los sikuris, del Pim Pim de los pueblos guaraníes y de otras músicas tradicionales andinas acompañaron el festejo que fue coronado con los repetidos gritos de "Jallalla, Yasurupai y Muranta" que al unísono y con los brazos elevados al cielo se escucharon mientras se vislumbraban los primeros rayos del sol que asomaban tras la pre cordillera frente a la réplica del templo de Kalasasaya.
Participaron de la fiesta integrantes de los Pueblos Kollas, Ava Guaraní, Tupi Guaraní, Qom, Mocovi, Mapuches, Comechingones, Diaguitas, Quilmes, Chorotes, Aymaras, Mayas, Uitotos, Piratapuyo, Pilagá, y Charrúas, entre otras comunidades y organizaciones Indígenas.
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