La intención es que se ofrezcan prendas que cuesten por separado no más de 100 pesos y que permitan armar un conjunto entero por menos de 600 pesos.
Las prendas que un cliente debería poder comprar por esos menos de 600 pesos son un pantalón de gabardina, un jean, una camisa, una remera, un par de medias, un par de zapatillas y/o otro de zapatos.
La ropa, que se ofrecería principalmente en supermercados, sería confeccionada por distintos proveedores pero estaría unificada bajo una marca propia. Además, si el plan funciona, podrían ir sumándose luego más artículos.
"Ropa para Todos" perseguiría explícitamente el objetivo de mostrar que la indumentaria puede llegar al público con un precio más bajo que los que hay hoy en las góndolas y vidrieras y, aún así, seguir generando ganancias para los talleres y comercios. Hasta ahora, los otros planes para Todos que lanzó el Gobierno tuvieron un alcance limitado, incluso en la instalación de precios testigo.
